martes, 19 de marzo de 2013

QUE CELEBRAMOS HOY ?


19 de marzo  de 1812: La Pepa

Los diputados de las Cortes de Cádiz proclamaron públicamente la primera Constitución española el 19 de marzo de 1812, festividad de San José. Avanzada para su época, se basaba en el principio de igualdad de los ciudadanos ante la ley y reconocía derechos individuales —a la educación, a la libertad o a la propiedad—; instauraba la separación de poderes, limitaba los del rey y proclamaba la soberanía nacional, definiendo la monarquía como constitucional. Establecía el sufragio universal masculino indirecto y recogió derechos como la libertad de imprenta, de industria o la abolición de los señoríos.
La Constitución de Cádiz —llamada popularmente «La Pepa»— suponía una garantía de seguridad al resto de la legislación elaborada por las Cortes de Cádiz. 

Solo tuvo una vigencia de dos años desde su promulgación, pues se derogó en 1814, tras el regreso a España de Fernando VII. Posteriormente se volvió a aplicar durante el Trienio Liberal (1820-1823), así como durante un breve periodo en 1836-1837, bajo el Gobierno progresista que preparaba la Constitución de 1837. 

La Constitución de 1812 se convirtió en un referente universal de libertad, con enorme trascendencia en la modernización de Europa y América, al convertirse en modelo y estandarte de las reivindicaciones de libertad de muchos pueblos. El naciente liberalismo europeo hizo de la Constitución española su más inmediata referencia. En ocasiones, tras un movimiento revolucionario, se impuso tal y como salió de Cádiz, o «inspiró» textos constitucionales en Nápoles, Portugal, Piamonte o Rusia. El texto de la «Pepa» también fue seguido en América durante el proceso emancipador de las antiguas colonias del Imperio español, cuyas nuevas constituciones copiaban aspectos de la gaditana. Sirvió también de recurso de interinidad, mientras se redactaba la propia Constitución. Tendría gran influencia en el constitucionalismo español decimonónico.


¿Sabías que…?

Algunos de los diputados de ultramar, llegado el momento de jurar la Constitución, se negaron, aunque al final todos juraron con la fórmula del imperativo legal.

El canciller austriaco Metternich declaró que la revolución española desarrollada a partir de la promulgación de la Constitución de 1812 era todavía peor que la francesa, pues esta había sido local, «y la española era europea».












19 de marzo de 1812: La Pepa

Los diputados de las Cortes de Cádiz proclamaron públicamente la primera Constitución española el 19 de marzo de 1812, festividad de San José. Avanzada para su época, se basaba en el principio de igualdad de los ciudadanos ante la ley y reconocía derechos individuales —a la educación, a la libertad o a la propiedad—; instauraba la separación de poderes, limitaba los del rey y proclamaba la soberanía nacional, definiendo la monarquía como constitucional. Establecía el sufragio universal masculino indirecto y recogió derechos como la libertad de imprenta, de industria o la abolición de los señoríos.
La Constitución de Cádiz —llamada popularmente «La Pepa»— suponía una garantía de seguridad al resto de la legislación elaborada por las Cortes de Cádiz.

Solo tuvo una vigencia de dos años desde su promulgación, pues se derogó en 1814, tras el regreso a España de Fernando VII. Posteriormente se volvió a aplicar durante el Trienio Liberal (1820-1823), así como durante un breve periodo en 1836-1837, bajo el Gobierno progresista que preparaba la Constitución de 1837.

La Constitución de 1812 se convirtió en un referente universal de libertad, con enorme trascendencia en la modernización de Europa y América, al convertirse en modelo y estandarte de las reivindicaciones de libertad de muchos pueblos. El naciente liberalismo europeo hizo de la Constitución española su más inmediata referencia. En ocasiones, tras un movimiento revolucionario, se impuso tal y como salió de Cádiz, o «inspiró» textos constitucionales en Nápoles, Portugal, Piamonte o Rusia. El texto de la «Pepa» también fue seguido en América durante el proceso emancipador de las antiguas colonias del Imperio español, cuyas nuevas constituciones copiaban aspectos de la gaditana. Sirvió también de recurso de interinidad, mientras se redactaba la propia Constitución. Tendría gran influencia en el constitucionalismo español decimonónico.


¿Sabías que…?

Algunos de los diputados de ultramar, llegado el momento de jurar la Constitución, se negaron, aunque al final todos juraron con la fórmula del imperativo legal.

El canciller austriaco Metternich declaró que la revolución española desarrollada a partir de la promulgación de la Constitución de 1812 era todavía peor que la francesa, pues esta había sido local, «y la española era europea».

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