Esta mañana, pasando por una calle del barrio y después de
aparcar el coche no con pocas dificultades para conseguirlo, mi vista no ha
podido dejar de ver un gran cartel pegado en una pared, era de un color rojo
intenso, rojo provocativo, color provocativo donde los haya. Se notaba que
estaba hecho para que no pasara desapercibido, esa era su meta supongo. Las
letras grandes y de un color negro, tipo crespón funerario.
Quizás por todo eso y por que en una de sus esquinas ondeaba
una pequeña bandera de color rojo y gualda, bandera de un país de los que se
suponen del primer mundo. Mis ojos no pudieron negarse a leer ese mensaje aterrador, advirtiéndonos del
holocausto que suponía para el país la llegada de tanto emigrante.
Para convencernos de su gran verdad, decía que en este país había
suficiente mano de obra barata (Nacional, claro) y que no se debía permitir la
entrada a ningún emigrante mas.
El cartel terminaba convocándonos a todos a una gran
manifestación, para que nunca mas e inmediatamente, se cerraran las fronteras a
cualquier persona que quisiera entrar en el, con la intención de trabajar, pues
esa seria la perfecta formula para solucionar todos los problemas de paro y
pobreza de su mas que grande España.
Esta mañana, pasando por una calle y después de aparcar el
coche, eso si con muchas dificultades para hacerlo, Mi vista se ha nublado al
ver un cartel enorme de color rojo con grandes letras negras. Después de leer e
intentar comprender toda aquella información que me estaban dando, he sentido
vergüenza ajena, he sentido rabia, impotencia, pero sobre todo me he sentido más
apátrida que nunca.
Mis manos han actuado solas y sin pensarlo dos veces no he
podido contener esas ganas tan grandes de arrancarlo de esa pared, mientras una
voz me advertía, que tuviera cuidado no fuera que estuvieran viéndome.
Ante dicha advertencia, mis ojos han mirado a la persona que
me hacia ese comentario y sin contestarle he arrugado el gran cartel, he
seguido caminando y delante de una papelera antes de tirarlo , me he dado
cuenta del gran miedo que aún hoy en día existe a pensar y actuar según te
dictamine tu corazón, libremente y sin miedo.
Esta mañana paseando por la calle, he dudado de si mi
actuación era la correcta. Y me he dado cuenta que aquel o aquellos que pegaron
el dichoso cartel, seguramente no han tenido ninguna duda al hacerlo, por lo
tanto, he sentido un gran alivio y me he quitado ese absurdo sentimiento de
culpabilidad. Yo tan solo he arrancado un cartel, mientras ellos siembran el
miedo i la intolerancia a toda la sociedad. Cosa que están consiguiendo.
Ahora escribiendo esto, me siento solo, como si hubiera
perdido a alguien por el desierto y la única esperanza que me queda es
contactar con el oasis que todos tenéis dentro.
VICENÇ…..