miércoles, 23 de julio de 2008

Sueña y podras........

Ayer soñé que podía y hoy puedo

Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho, si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.
Sé que la palabra no es el hecho, pero sí que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras.
Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro) encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra.
Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo.
Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias..
Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde.
Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí.
Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón.
Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.
De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo le puedes decir basta a la mujer que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Maniatan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.
Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía.
Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna hasta los últimos rincones del mundo donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta.
Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse constantemente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón.
Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor.
Vacía la copa cada noche para que alguien te la llene de agua nueva en el nuevo día.
Vive de instante en instante porque eso es la vida.
Me costó 42 años llegar hasta aquí, cómo no gozar y respetar este momento?
Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere.
Y si la historia es tan simple, porqué te preocupas tanto?
No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra.
En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno.
Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo.
Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas no puedo ni en broma porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.
Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.
Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos.
Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta.
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.
El bien y el mal viven dentro tuyo, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse.
Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.
No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia.
Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida.
Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente...

Facundo Cabral......


Os diré la verdad .
No se quien es este facundo Cabral, pero lo que si se es que el también soy yo, sus letras son las mías y como así las siento, aquí os las pongo.
Simplemente para que pasen a formar parte también de vuestra vida........

Vicenç

EL TREN.............

EL TREN…

Un día, leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una comparación extremadamente interesante cuando es bien interpretada.
Interesante, porque nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, con algunas subidas y bajadas tristes.
Cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas, que nos harán conocer el viaje hasta el fin: nuestros padres.
Lamentablemente, ellos en alguna estación se bajaran para no volver a subir más.
Quedaremos huérfanos de su cariño, protección y afecto. Pero a pesar de esto, nuestro viaje deberá continuar; conoceremos otras interesantes personas durante la larga travesía, entre ellos nuestros hermanos, amigos y amores.
Muchos de ellos solo realizaran un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado, compartiendo alegrías y tristezas.
En el tren, también viajaran personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite.
Muchos se bajaran y dejaran recuerdos imborrables.
Otros, en cambio, viajaran ocupando asientos, sin que nadie perciba que están allí sentados.
Es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos deciden sentarse alejados de nosotros, en otros vagones.
Eso nos obliga a realizar el viaje separados de ellos.
Pero eso no nos impedirá, aunque tal vez con alguna dificultad, acercarnos a ellos.
Lo difícil es aceptar que, a pesar de estar cerca… no podremos sentarnos juntos, pues muchas veces otras son las personas que los acompañan.
Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas.
Sabemos que este tren solo realiza un viaje, el de ida.
Tratemos, entonces, de viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada uno de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje, alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso.
A nosotros también nos ocurrirá lo mismo; seguramente alguien nos entenderá y ayudará.
El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cual estación nos tocara descender.
Pienso: cuando tenga que bajarme del tren ¿ sentiré añoranzas?. Mi respuesta es SÍ; dejar a mis hijos viajando solos será muy triste.
Separarme de los amores de mi vida, será doloroso. Pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volveremos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con mucha mas experiencia de la que tenían al iniciar el viaje.
Seré feliz al pensar que en algo pude colaborar para que ellos hayan crecido como buenas personas.
Ahora, en este momento, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas.
Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando… ¿ quien subirá?. ¿ Quién será? …
Me gustaría que TU pensases que el desembarcar del tren, no es solo una representación de la muerte o el termino de una historia que dos personas construyeron y que por motivos íntimos dejaron desmoronar.
Estoy feliz de ver como ciertas personas, como nosotros, tienen la capacidad de reconstruir para volver a empezar, eso es señal de lucha y garra, y saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros.
Agradezco a ..................... porque estemos realizando este viaje juntos y, a pesar de que a veces nuestros asientos no estén juntos, con seguridad el vagón en el que vamos y el maquinista son los mismos.
A ti, que estas leyendo, te dejo un abrazo enorme, que tengas un gran día y gracias por acompañarme en este viaje…!!!