martes, 27 de agosto de 2013

“Estoy feliz de ver quebrada a España”,

 “Estoy feliz de ver quebrada a España”, dice el escritor colombiano Fernando Vallejo al diario “El País” Por: Redacción / Sinembargo - agosto 26 de 2013 - 0:30 De revista, Fama, TIEMPO REAL, Último minuto - 30 comentarios   Fernando Vallejo (Foto: FIL) Ciudad de México, 26 agosto (SinEmbargo).- Fiel a su personalidad polémica y leal también a su modo de vivir diciendo siempre lo que piensa, el escritor colombiano Fernando Vallejo calificó de “hipocresía” la petición que ha hecho a la UE el gobierno español de Mariano Rajoy para dejar de exigir visa a sus compatriotas, En una entrevista que publica el diario  El País, el autor nacido en Medellín hace 70 años se mostró “feliz” de ver a España sumida en la crisis económica, considerando como ha escrito en un tweet reciente que “Colombia es una mala hija que nació de una mala madre, España”. “Yo a España ya no la quiero y estoy feliz de verla quebrada, en bancarrota, con una deuda impagable de casi dos billones de dólares y un desempleo monstruosos”, dijo el escritor al ser preguntado si volverá al país europeo si se deja de exigir visado a los colombianos. “Se aprovecharon de lo lindo de la Unión Europea mientras nos cerraban la puerta a los colombianos. ¡Cuál madre patria! Esa no es una patria. Ni para los españoles ni mucho menos para los colombianos”, aseguró el autor, nacido en Medellín en 1942 pero residente desde hace mucho tiempo en México. RESPONSABLE DE SUS ACTOS El autor de  La virgen de los sicarios es el único que ha mantenido su palabra entre los siete intelectuales que en 2001 firmaron una carta en la que se negaban a volver a España mientras se exigiera un visado a los colombianos. En la entrevista con  El País critica por ello a los otros seis firmantes (Álvaro Mutis, Gabriel García Márquez, Fernando Botero, Darío Jaramillo, William Ospina y Héctor Abad). En relación a Mutis habla de “desvergüenza”, de Botero critica una vuelta a España “como un delincuente, a lo más vil, a una corrida de toros. Que a Colombia la defiendan los taurófilos es como que la defiendan los paramilitares, los de las FARC, los políticos, Juan Manuel Santos y demás hampones.”, dijo el también escritor de El desbarrancadero. Fernando Vallejo sólo perdonó a William Ospina: “volvió mi amigo William Ospina, gran escritor y hombre de alma grande a quien perdono”, dijo, al tiempo que tuvo palabras duras para otro de los firmantes, el escritor Héctor Abad. “Y finalmente el que redactó la carta, de nombre Héctor Abad. Cuando Mutis volvió a España por la plática del Cervantes, Héctor escribió un artículo indignado en una revista colombiana diciendo que Mutis violaba su palabra con la tinta de su firma todavía fresca. Recientemente Héctor acabó también violando su palabra y aduciendo, ahora en un artículo de El Espectador de Bogotá, que no podía vivir sin España, donde estudiaban sus hijos. La tinta de su firma ya no estaba fresca como la de Mutis, pero en fin, tinta es tinta, seca o no, y el honor es el honor”, dijo. ASI SALIMOS: PUROS POBRES “Mi’jo, lávese las manos que ha tocado plata, nos decía mamá. Así salimos: puros pobres. Si mi hubieran educado los del PRI, ya sería millonario”, afirmó el escritor colombiano cuando recibió el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romance, en el marco de la XXV Feria Internacional del Libro 2011. Con un discurso de 20 minutos, fuerte y emocionante, donde no faltaron las consabidas alusiones al clero y a la corrupción política, el autor paisa celebraba su regreso a Jalisco “la tierra de Rulfo, donde los muertos hablan”. Vallejo, un pianista que en su juventud soñaba con ser un compositor tan grande como el mexicano José Alfredo Jiménez, tarareó algunas canciones populares mexicanas y ensalzó la figura de los músicos Chava Flores y Fernando Rosas, “a quien lo mató la siniestra policía del PRI, semillero de todos los cárteles de la droga en México”, dijo. Recordó la vez que llegó a México, hace 40 años y “comulgó” con tequila en la Plaza Garibaldi, rodeado de mariachis. “En la noche del Tenampa, brillaba el sol de México” evocó, al tiempo que reveló que fue entonces cuando aprendió a callar “pues como México no habla yo tampoco pienso hablar”. Foto: FIL “Sus personajes tienen suerte cuando reciben cuatro tiros y sólo mueren por uno”, dijo Juan Villoro de la obra del colombiano y esa cita fue incluida en el dictamen leído por Volpi. “Fernando es insólito, solitario, artista y genial. Se lo ha premiado como escritor y en realidad él es un músico” manifestó entonces el español Juan Cruz. Entre los tangos y rancheras que escucha en su “iPod, con apenas un día de música grabada, todo música del pasado, música de fantasmas” y la ilusión de la felicidad esfumada transcurre la vida del escritor Fernando Vallejo. “Cuando me saqué de encima la educación religiosa que había recibido, me di cuenta de que los animales son mis hermanos y supe que, aun cuando había pensado que podía ser feliz, esa ilusión se esfumó para siempre”, dijo el escritor, famoso por su posición crítica frente a la Iglesia Católica, a la que considera “una estructura criminal”. Precisamente, su libro de 2007  La puta de Babilonia, publicado por editorial Planeta, es un ensayo profundo sobre la fe dogmática cristiana y la responsabilidad eclesiástica en el derramamiento de la sangre de humanos y en el atropello a los animales, cuya defensa es la gran causa de vida del escritor. Nacido el 24 de octubre de 1942 en Medellín, Fernando Vallejo es un músico consumado, formado desde pequeño en la ejecución de piano, instrumento que maneja con destreza. En su juventud estudió cine en Roma y llegó a dirigir dos películas sobre la violencia en Colombia: Crónica Roja (1977) y  En la tormenta (1980). Un tercer filme, La derrota (1984), escrito con Kado Kostzer, significó su último trabajo como director. Fue el cine, precisamente, lo que le dio fama internacional, mediante la película La virgen de los sicarios, basada en su novela homónima y dirigida por el francés de origen iraní Barbet Schroeder en el 2000. Foto: FIL Sus novelas, en cambio, lo han erigido en un autor polémico defendido por muchos y criticado por otros tantos. Su prosa exaltada, fresca y sin ataduras, explora la homosexualidad, la adolescencia, la marginalidad, las drogas y de la violencia, este último un tema del que Vallejo se siente alejado. “Escribí La virgen de los sicarios en 1994 y ya no quiero hablar de la violencia. Ahora me interesan las palabras”, dijo el también autor de Logoi: una gramática del lenguaje literario. El autor vive en México desde 1971 junto a su compañero, el escenógrafo David Antón. “Uno es del país donde nació y del país donde va a morir, así que puedo decir que soy colombiano y mexicano”, dijo.

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