martes, 21 de mayo de 2013

Luba Grijalba


“La asignatura de Religión contará para becas, media y repetir curso”. (José Ignacio Wert ministro de Educación.)

Esta noticia me ha recordado una situación que me ocurrió allá por el año 1963 (ya ha llovido) cuando acabé mis estudios de Maestría Industrial con una nota media de 9,25 (si descontamos la asignatura de Religión.)
En el examen de reválida de dicha asignatura, nos pusieron una redacción libre sobre “El pecado original”. Recuerdo que ya había tenido ciertas diferencias con el profesor sobre este tema; “problema”, pensé para mis adentros, “o cuento lo que el profesor quiere que cuente o cuento lo que realmente pienso”. Y como os podéis figurar, opté por contar mi versión.
Expuse que no creía en el pecado original para todos los hombres por dos razones:
1) Que para pecar, como siempre se nos había dicho, había que tener INTENCIÓN de pecar y que yo, en ningún momento había tenido intención de hacerlo, entre otras cosas porque nunca había vivido en el Paraíso y por tanto, Dios, no me prohibió nada.
2) Que si Adán y Eva habían pecado comiendo de la famosa fruta, allá ellos, yo no había comido. Y, argumentaba, que si un padre que había heredado una fortuna la dilapidaba en vino, mujeres y juego, evidentemente, su hijo no heredaría la fortuna (léase Paraíso) pero que era injusto (y Dios era infinitamente justo) acusar al hijo de ser un borracho, putero y jugador.
Resultado: Suspenso en Religión con un hermoso y redondo “rosco”. Y como la Religión tenía en aquel entonces un peso específico muy alto, con un cero no me querían hacer la media ni dar el titulo de Maestro Industrial.
Me llamaron a la Junta de Profesores, que por cierto, salvo el de matemáticas y el de física, me trataron como si fuese un hereje (para la Junta es lo que era) y se reafirmaron en que ni media ni título. Por suerte, esos dos profesores (previa pregunta de si era ateo y yo contestar que no) en atención al resto de mis notas, pudieron convencer al resto, el de Religión incluido, para que en vez de un “cero” me calificasen con un “uno” y así poder hacer la media y darme el título. Ni que decir tiene que la calificación media final se me fue al carajo. Pero al menos me dieron el título.
Con la “Ley Wert” tengo la impresión de que volvemos a aquellos tiempos.

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